Agentes de la Policía Nacional, con la colaboración de la Policía Local de Santa Margalida, han llevado a cabo la detención de tres personas implicadas en la comisión continuada de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, en su modalidad de favorecimiento de la inmigración irregular.

En una nota de prensa, la Policía Nacional ha informado que la actuación policial comenzó el pasado día 18 de diciembre en Can Picafort (Mallorca), cuando una dotación de la Policía Local de Santa Margalida detectó movimientos extraños en un grupo de personas de origen magrebí que intercambiaban papeles con una mujer en las proximidades del Ayuntamiento de esa localidad.

Tras observar cómo esta mujer entraba en el Ayuntamiento acompañada de alguno de estos chicos magrebíes, los policías informaron inmediatamente a su jefe y este acudió directamente al Consistorio junto con otra dotación de apoyo.

Identificados los integrantes de este grupo y tras preguntarles por el motivo de su presencia en el lugar, la mujer no tuvo más remedio que reconocer que estaba autorizando el empadronamiento en su propio domicilio de tres de los magrebíes que resultaron ser de origen marroquí y que estos chicos le pagaban por ello.

Aparte de estas cuatro personas, los agentes identificaron también a otros dos marroquíes más y a un hombre que había llevado a todos ellos en su vehículo particular desde Inca hasta el Ayuntamiento con la idea premeditada de empadronarlos. Los agentes de la Policía Local de Santa Margalida informaron a la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional.

A partir de ese momento se hizo cargo de las investigaciones el grupo de la UCRIF-2 de la Policía Nacional, tomando declaración a los policías locales y a los inmigrantes marroquíes, estos últimos todos ellos en situación irregular.

Los agentes consiguieron identificar al organizador de estas actividades delictivas, un hombre, de origen marroquí, de 32 años de edad, con residencia legal en España, quien había captado para su negocio a una mujer española residente en Can Picafort y con graves problemas económicos.

La mujer, dado su estado de necesidad y por una pequeña cantidad de dinero, se dejó convencer para autorizar el empadronamiento en su propio domicilio de un total de seis extranjeros en situación irregular, todos ellos procedentes de Marruecos.