Las llamas avanzan a 50 metros por minuto, casi el doble que el de Sierra Bermeja, por la abundancia de pinos y de matorral seco

Málaga

Sábado, 16 julio 2022, 00:49

Pasado el mediodía de ayer, residentes de los diseminados cercanos al paraje El Higuerón de Mijas alertaron al 112 de un incendio forestal que avanzó con rapidez en las horas siguientes, primero hacia Alhaurín de la Torre y luego hacia Alhaurín el Grande. La delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Carmen Casero, activó a las 13.25 el nivel 1 del Plan de Emergencias.

El fuego continuó extendiéndose con gran rapidez y virulencia y obligó al desalojo de 2.300 personas de las urbanizaciones y diseminados de Jarapalos, Lauro Golf y Villa Llanos de la Plata, además de la zona de Osunillas, primero; y de Buenavista y las zonas de San Jorge, Ardalejo, Chíchara y La Paca, en una segunda oleada, según el consejero de Presidencia de la Junta, Elías Bendodo. El primeros balance apuntaba a unas 800 hectáreas de terreno quemadas, aunque esta cifra siguió creciendo a lo largo de la noche.

Mapa: El área afectada por el incendio de Alhaurín el Grande

Mapa: El área afectada por el incendio de Alhaurín el Grande

ALBA MARTÍN CAMPOS

En la zona trabajaban ayer más de centenar de bomberos forestales y técnicos del Plan Infoca, con cinco autobombas; y se movilizó a 15 medios aéreos, entre aviones y helicópteros. También se desplegaron en la zona 75 efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos de los parques de Alhaurín de la Torre, Coín, Estepona, Vélez-Málaga y Antequera; y de los cuerpos de Málaga, Mijas, Fuengirola, Torremolinos y Marbella, además del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), policías locales y Guardia Civil.

Investigación

El subdirector del Centro Operativo Provincial (COP) de Infoca en Málaga, Alejandro Molina, explicó que se está actuando en la zona de la cola del incendio, «que fue el punto de inicio», en Mijas, donde la situación es más favorable, y la brigada de investigación está ya trabajando para tratar de esclarecer las causas. El puesto de mando del dispositivo de extinción quedó establecido en Alhaurín el Grande, y el pabellón deportivo del municipio también se habilitó para acoger a los desalojados.

El incendio también afectó a la circulación en la zona. La Dirección General de Tráfico (DGT) informó de que la A-368, que comunica Mijas Pueblo con Benalmádena, quedó cortada en ambos sentidos por el humo y las pavesas. Mientras, también se interrumpió el tráfico en la carretera A-404 desde el km 9 al 13, en ambos sentidos. Las retenciones en la autovía afectaron incluso a la Ronda Oeste en Málaga capital, así como a la A-7 y AP-7 desde La Cala de Mijas hasta El Higuerón.

Las llamas avanzaban ayer a una velocidad de 50 metros por minuto, casi el doble que la del pasado mes de junio en Sierra Bermeja, que apenas llegaba a 30 y que, pese a ello, arrasó 5.000 hectáreas. La voracidad del fuego se explica principalmente por la masa de combustible vegetal que ha encontrado a su paso, más que por el viento, según informaron fuentes técnicas a SUR.

El fuego se adentró en una zona de pinos piñoneros muy poblada con una densa capa de matorral en el sotobosque. «Prácticamente no quedaba un hueco sin plantar», aseguró una fuente del Infoca.

Aunque se originó en la zona del Higuerón, en el término municipal de Mijas, el viento –suave– de componente sureste lo empujó hacia el término municipal de Alhaurín el Grande, cuya población se vio afectada por la humareda y la caída constante de pavesas.

50 metros por minuto

El incendio avanzó en un único frente, en la misma componente del viento, aunque a lo largo de la tarde llegó a tener distintos focos debido a las piñas, que salen disparadas por las llamas como auténticos proyectiles.

La complejidad del incendio –que al cierre de esta edición continuaba activo— radica principalmente en la orografía del terreno afectado, que está en mitad de la sierra y con unas pendientes muy escarpadas que dificultan combatir las llamas por tierra.

El trabajo por aire también está siendo más difícil de lo habitual por la densidad del bosque y la altura de los pinos (el frente de llama llega a los 20 metros), ya que, según el Infoca, las descargas de los medios aéreos se quedan en las copas, lo que impide que caigan de lleno en el sotobosque.

Sin ser ni de lejos el peor escenario posible (un terral estaría teniendo consecuencias inimaginables) la meteorología tampoco ayudará a lo largo del fin de semana a controlar el incendio. Según los datos aportados por Aemet, para hoy se esperan unas temperaturas máximas de 34 grados en Alhaurín el Grande durante las horas centrales del día.

Lo que está ocurriendo con el viento en este caso es llamativo: igual que ayer, hoy soplará de sureste flojo, con rachas máximas de unos 30 km/h. No es, por tanto, un nivel excesivo, y a pesar de ello las llamas corren como la pólvora por la cuestión comentada del estado de la vegetación.

La humedad relativa tampoco ayudará a la extinción, puesto que se espera que siga siendo muy baja a pesar del levante, en el entorno del 30% al 40%. Es decir, se cumple, de nuevo, la regla de los ‘tres treinta’: más de 30 grados de temperatura, 30 kilómetros por hora de viento y 30% de humedad.

En este punto, José Luis Escudero, experto en la meteorología de la provincia, comenta que el viento es tan débil que no deja que la brisa marina llegue hasta esas latitudes, lo que permitiría refrescar el ambiente y, con ello, apaciguar las llamas.

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Vídeo.

Al llegar la noche, unos 200 efectivos permanecieron trabajando en el incendio iniciado en Mijas, pero que rápidamente se desplazó hacia Alharín de la Torre y Alhaurín el Grande. Además, las 2.300 personas que fueron desalojadas tuvieron que quedarse fuera de su casa durante la noche. Fue la decisión que tomó el Comité de Operaciones en la última reunión, una vez retirados los medios aéreos.

Explicación científica

Enrique Salvo, botánico y profesor de la Universidad de Málaga (UMA), insiste en que la abundancia de pinos es el factor clave de este fuego. «Me dan pánico algunos montes», advierte el investigador, que prefiere hablar de «cultivos de pinos de repoblación, que como tales necesitan un cuidado, y si no lo tiene, se queman».

«Un piña ardiendo es una granada que explota», alerta Salvo, y la resina también actúa como vehículo. El bosque mediterráneo está adaptado al fuego, «pero estos incendios tienen otro comportamiento, son cultivos forestales que en algunos casos han conseguido recuperar parte del monte autóctono, pero los cultivos necesitan un mantenimiento permanente y nos hemos olvidado».

Ello, junto al material vegetal seco que se ha acumulado, provoca que se esté extendiendo tan rápidamente. «Es un problema de mantenimiento, estamos muy preocupados por los montes en Málaga», apostilla.

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