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El último choque con el ministerio de Igualdad a cuenta de unas polémicas palabras en tono de broma de la número dos de Irene Montero sobre la cascada de rebajas de penas a agresores sexuales aviva en el PSOE los recelos hacia la convivencia con Podemos. Pese a que Pedro Sánchez está decidido, y casi obligado, a mantener la unidad de la coalición, en el partido son muchos los cargos que admiten que las continuas polémicas con sus socios afectan a su imagen y les hacen daño.
Más allá de los sectores y los barones, como Emiliano García-Page o Javier Lambán, que sin tapujos abjuran de las alianzas con los nacionalistas, en la formación socialista sí se admite por muchos, incluidos cargos relevantes, que «la relación con Podemos es lo que más daño nos hace». Consideran que se trata de un desgaste permanente, casi diario, mientras que los asuntos polémicos con los nacionalistas van y vienen.